Si algo tiene que doler que sean los tatuajes…
Te notaba. Te sentía. Cada vez más cerca… Cuando estaba en aquella silla, de espaldas a ti, te acercabas y te arrimabas hasta casi estar encima mía, mientras con aquellas agujas decidías darme ese dolor placentero… Solo podía pensar en tirar un poco más hacia atrás y poder notar tu entrepierna más cerca. Tan cerca que acabara encima tuya y poder sentirla entre mis nalgas. Y aun asi solo notaba dolor, que se convertía en placer dentro de mi cabeza de imaginarme la escena. Notaba tus grandes manos sujetando mi piel y clavándome la agujas, tus fuertes brazos encima de mi espalda, y el calor que emanabas…, o igual lo emanaba yo, no lo diferenciaba muy bien. Solos en aquella cabina. Solo sonando “The leopard extrawelt remix” de Minilounge y mis neuronas excitadas mandando impulsos eléctricos a todas partes. Y todos mis nervios sintiendo el dolor a la vez mientras imaginaba el placer. Todo se unía en la base del cerebro, recorría mi columna, e impulsaba corrientes eléct