IMBÉCIL





IMBÉCIL.

Me gusta lo imbécil que eres. La prepotencia con la que te mueves mientras vas andando por los pasillos. Esa actitud pasota ante la vida, como que la has vivido toda ya….

Te provoco y sigues pasando…imbécil.

Me pone tu imbecilidad, como si ya lo hubieses vivido todo en la vida.

“Yo llevo casi toda la vida aquí”. Como si eso hiciera que hubieses probado todo. Y ni siquiera sabes lo que tienes delante.

Te rozo, te toco disimuladamente como para apartarte, y lo único que quiero es notar tu calor, todo tu calor dentro de mí.

Se me mojan las bragas hasta chorrearme el flujo vaginal y convertirse en squirtel porque me pone demasiado tu ignorancia ante todo lo que podría hacerte.

No puedo dormir a veces imaginando que me persigues  hasta el cuarto de la lavandería, al que voy tantas veces, y cuando te cerciones de que estoy yo sola dentro entres con la llave y cierres por dentro, para que nadie nos moleste. Y así, puedas estamparme contra la pared mientras me metes la lengua hasta la campanilla, para continuar cogiéndome de las nalgas y abrirme de piernas para que te rodee y así pueda sentir tu polla bien cerca de mí. Y que solo me bajes para soltarme el lazo de los pantalones del uniforme, me des la vuelta, para que quede contra la pared y me bajes las bragas para metérmela hasta el fondo sin preguntarme. Me tapes la boca, para que no se me oiga morir de placer y se escuchen tus esfuerzos convertidos en gemidos, mientras me la metes una y otra vez para hacerme chorrear y se oiga el “chop, chop” en cada sacudida. Te agaches y te note encima mía, mientras te acercas a mi cuello y me lo muerdas, y con la otra mano me metas mano bajo el uniforme, pellizcándome los pezones. Y que no pare de correrme, y tu de metérmela cada vez más rápido, hasta que un “¡Ah!” final y tu consecuente parada en seco te delate como que has terminado corriéndote dentro. Y entonces me gire de nuevo y me agache para metérmela en la boca y chupártela entera, mientras tú me cojas por detrás de la cabeza, casi sin fuerza ni control, y sigas mis movimientos, hacia adelante y hacia atrás, rodeándote la punta y pasándola lengua con piercing para poder lamerla toda, y que sepas de verdad lo que es el placer, y no vayas de sabelotodo por la vida. Te abroches el pantalón de nuevo, me des otro morreo, abras y te vayas…

Esa actitud de imbécil, por la que me habría tirado encima de ti el día que nos tocó descansar en la misma habitación. Con dos horas para poder haber hecho de todo, encima de un sofá. Me tuve que conformar pensando que te acercarías y te abalanzarías sobre mí. Total me acosté mojada y para cuando me levante me había corrido entera, solo con lo que había pasado por mi mente, deseando haber podido cabalgarte aunque solo hubiesen podido ser 2 horas.

Y lo malo es que se que eres un jilipollas y que ese impulso que te veo no existe, que es todo cosa de mi mente, y de las ganas que tengo de follarte, pero de verdad que no puedo evitar pensarte persiguiéndome para follar en cualquier lado, en cualquier vestuario, en cualquier baño, en cualquier cuarto….

Me mojo solo de pensarte, y me desvelo pensando en lo que me gustaría que pasara y no creo que pase. Y de que mil formas te enseñaría para que murieras de calor, de placer y de deseo.

Y que entonces fueras tú el que me persiguieras y no yo. Y entonces pudiera darme cuenta de que has sido otro más de los que han caído en mis garras por haberle mostrado una pequeña parte de lo que es morir de placer, y que tanta actitud imbécil y de pasota, no te ha valido de nada, porque has sido otro más, que me aburre y se me pase la obsesión que sufro porque me hagas caso.

Esta noche me tendré que conformar con mi desvelo y mi imaginación en compañía del consolador…., que para algo le pusieron el nombre tan adecuadamente.

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