BASTET Y SEJMET




Si bien el perro es considerado el mejor amigo del hombre, hay que reconocer que el gato es el más antiguo. El culto a los gatos en el Antiguo Egipto tiene lugar aproximadamente en el año 2900 a.C. Entonces, el gato, la mujer y la divinidad estaban íntimamente ligados en la cultura y la religión egipcia. Las gatas de Egipto eran consideradas deidades destructivas y protectoras.
Según cuenta la leyenda, Ra, el Dios del Sol, se enfadó con los hombres por haberse revuelto contra el poder divino y les envió como castigo a Sejmet, una leona feroz y sedienta de sangre. La masacre que provocó fue tal que tuvo que huir de Egipto hacia Nubia, pero un enviado de Ra la buscó, la calmó y la hizo volver a Egipto bajo la forma de una gata. Sin embargo, aun así, la diosa Sejmet quedó asociada a la destrucción y la guerra.
La hermana de Sejmet era Bastet, diosa gata que en la mitología egipcia era considerada la protectora de la familia. Pero también, deidad de la alegría, del placer, la fecundidad, la danza, la música y la feminidad.
Se podría decir que el ideal de belleza femenina tenía en Egipto forma de gata. Sejmet y Bastet. Una ligada a la Luna y la otra, al Sol. Los dos ojos de Ra. Una más cerca del ronroneo y la otra de sacar las garras. La cara y la cruz del instinto felino.
"Las mujeres gato viven al margen de las normas sociales. Sigue tu instinto. Este don es una bendición y a la vez una maldición. En ocasiones, te sentirás sola e incomprendida, pero a cambio gozarás de una libertad desconocida para el resto de mujeres. Eres una mujer gato..."

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